sábado, 14 de mayo de 2011

La causalidad de una casualidad.

Estaba ahí, sentado en el interior del vehículo esperando, pues habíamos quedado mis amigos y yo de vernos en ese lugar para ir a cenar, pero yo decidí llegar un poco antes. Acompañado por la música, empecé a divagar, a inventar una que otra historia, de esas que empiezan así: "que pasaría si yo... o si en vez de eso yo..."

Por fin, después de algunos minutos se acercó un vehículo, pero no, no eran ellos, así que volví a divagar en mis pensamientos y como una cosa siempre lleva a otra me acordé de ella: "que pasaría si ella estuviera aquí.. y si yo..". Seguí así varios minutos hasta que empecé a sentir una extraña necesidad de huir, de moverme, pues la torre de recuerdos reales e inventados que estaba constuyendo se venía abajo y poco a poco el peso me aplastaría. Ya casi era media noche, encendí el vehículo y avancé, mi cuerpo sabía a donde tenía que llevarme pero mi mente no quería darse cuenta, llegué tan pronto como pude al paradero de autobuses, y en perfecta sincronización me detuve al lado de uno que parecía ser el último que arribaría esa noche.

Me imaginé entonces de qué se trataba el asunto, supuse que era un tipo de encuentro que ni por muy planeado se hubiese podido llevar a cabo con éxito: Ella bajando del autobús que la traería a casa, y yo ahí en el lugar y momento precisos. Aún así, me quede quieto viendo como bajaban del autobús cada uno de los pasajeros; "Es una estupidez, estoy perdiendo mi tiempo" pensé, mientras observaba a las personas que seguían bajando únicamente para asegurarme de que no pasaba nada fuera de lo común y luego poder largarme ya de ahí, pero lo que pronto vi hizo que se me enfriara toda la sangre al mismo tiempo que recibí un escalofrío que me paralizó todo el cuerpo, luego, el tiempo se detuvo en ella, bajando.

Todas las voces de mi cabeza empezaron a decir: "Haz esto", "o esto", "mejor esto otro", ninguna parecía ser una buena idea, así que subí las ventanas, el volumen de la música y aceleré hasta perder de cualquier vista la patética escena. Estacioné el coche y salí inmediatamente, necesitaba aire, necesitaba gritar, caminé unos metros y di algunas vueltas en círculos, necesitaba calma, no entendía lo que estaba pasando, luego dí media vuelta regresé al coche. Todo era confusión -¿Cómo es esto posible?, dije, -Olvídalo, entiérralo, bloquéalo. Lo que terminó callando a todos mis pensamientos fue esa sensación que se tiene después de haber despertado de una pesadilla, algo así como: "Aquí no ha pasado nada, olvídalo y lárgate".

¿Una señal, una conexión o una simple coincidencia?

1 comentario:

  1. la verdad es que cuando te pasan cosas asi da algo de miedo

    me gusta como escribes

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