Una noche abrí los ojos y ella estaba ahí dormida en la cama y acaricié su rostro, jugué con sus cabellos, luego baje mi mano hasta su cuello, pues sé que le encanta y cuando miré sus ojos, estaban abiertos pero no me di cuenta en qué momento despertó, mi corazón se aceleró tanto que pude escuchar mis latidos y en ese momento ella me sonrió, no se que pasó pero poco a poco me fui desvaneciendo. Desperté muy confundido, ya era de día pero mi corazón seguía latiendo rápido; casi instintivamente estiré el brazo hacia un lado para tomar mi teléfono, y había un mensaje:
- Hola, qué soñaste!? - Era ella.
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