lunes, 3 de octubre de 2011

Planes

Pues resulta que corrí 8 km, los últimos metros dí con todo mi esfuerzo y cuando por fin terminé estaba completamente exhausto de pies a cabeza, sólo había una parte de mí que conservaba aún más fuerza que nunca.

Otra teoría se me vino abajo, no destruiste mi corazón después de todo.